1. Que establezcan un Colegio-escuela, en que se dé instrucción gratuita a las niñas pobres (...).2. Que dicho Colegio-escuela se establezca precisamente en la villa de La Guardia (...).3. Que si ustedes no viesen inconveniente (...) se encargaran de cuidar algún enfermo (...).4. Que después de ser nombradas ustedes herederas, no pudieran por cualquier motivo encargarse de esta fundación, queden con la obligación grave de conciencia de ceder todo lo heredado a otra Congregación Religiosa, que quiera encargarse de dicho colegio”[1].